Combustibles alternativos y renovables

La forma en que producimos energía —ya sea para obtener luz, calentar nuestras casas o hacer funcionar los autos— es una de las principales causas del cambio climático. Pero, para ser más exactos, el verdadero problema es el uso de combustibles fósiles, como el petróleo, el gas o el carbón, que liberan gases contaminantes al quemarse.
Por eso, en los últimos años se han buscado y aplicado muchas nuevas formas renovables de generar energía que sean más limpias y que cuiden el planeta. Las que más destacan son:

Es un combustible renovable que se puede fabricar a partir de aceites vegetales, grasas animales o grasas recicladas comúnmente recuperadas de la industria de servicios de la alimentación, para su uso en vehículos diésel o cualquier maquinaria con ciclo diésel. Las propiedades físicas del biodiesel son similares a las del gasóleo.
También conocido como alcohol etílico. Es un combustible producido a partir de cultivos ricos en azúcares y almidón, como el maíz y la caña de azúcar. Para su uso en vehículos de combustión interna, se presentan diferentes mezclas, tales como E10, que consiste en un 10% de etanol y un 90% de gasolina.
Otras composiciones incluyen E85 para su uso en vehículos de combustible flexible y E100, utilizada en vehículos especialmente diseñados para funcionar con etanol puro.
El gas de Propano comúnmente conocido como Gas Licuado de Petróleo (GLP) es un gas que se obtiene como subproducto del procesamiento del gas natural y refinado del petróleo. Utilizado en calefacción, industria y transporte, puede ser utilizado en motores de combustión interna, gracias a su alta densidad energética dada su relativamente fácil capacidad para ser almacenado en forma líquida y mayor eficiencia en el proceso de combustión en comparación con la gasolina o gasóleo.
Al igual que el hidrógeno, el amoníaco puede ser producido por diferentes procesos y ser o no renovable, con la diferencia que combina el hidrógeno con nitrógeno para atribuirle varias ventajas, tales como disponibilidad comercial. Al ser el segundo químico más producido en el mundo, representa usar una tecnología madura. Además, posee propiedades de densidad energética volumétrica e índice de octanaje mucho mayores al hidrógeno y similares a la gasolina, lo que lo convierte en una opción para el uso en vehículos (tanto en celdas de combustible para la generación de electricidad, como para motores de combustión interna de encendido por chispa).
Es considerado el combustible del futuro debido a que, en su proceso de oxidación, solo tiene como producto el agua. No obstante, esto dependerá del proceso de oxidación. La producción de hidrógeno puede ser o no renovable, por lo que da lugar a diferentes “tipos de hidrógeno”, los que se conocen como:
Hidrógeno verde, que es producido mediante electrólisis del agua usando electricidad proveniente de energías renovables.
Hidrógeno gris, que es producido mediante la reformación del gas natural (se somete al metano a altas temperaturas para que reaccione con vapor de agua y así se descompone el metano en hidrógeno libre H2 y un CO2 que es liberado a la atmosfera.
Hidrógeno azul, cuyo proceso de producción es similar al hidrógeno gris, con la salvedad de que el CO2 se captura y almacena. Su proceso supera el 90% de eficiencia, por lo tanto, sigue emitiendo Gases de Efecto Invernadero.
El hidrógeno, principalmente utilizado en la industria, en la actualidad se abre camino a ser usado en transporte (vehículos de celda de combustible FCEV y recientes desarrollos para motores de combustión interna dedicados).
Son dispositivos que convierten el hidrógeno en energía eléctrica por medio de reacciones electroquímicas. Estos dispositivos son utilizados en vehículos y requieren de sistemas de almacenamiento como baterías, cuya finalidad es administrar eficientemente el consumo y producción de energía eléctrica.
Existen varios tipos de celdas de combustible. Las más comunes son las de Membrana de Intercambio de Protones (PEM), que son utilizadas en vehículos debido a su alta eficiencia y rápida respuesta a los cambios en la carga.
Las baterías, en el uso automotriz, son sistemas que permiten almacenar energía eléctrica para luego alimentar uno o varios motores eléctricos; o también para usos industriales como sistemas auxiliares o sistemas de almacenamiento en plantas de energía eléctrica.
Cada vez son más populares en el mundo automotriz, brindando una ventaja económica para las empresas que buscan optimizar los recursos. Las baterías han permitido reducir las emisiones de efecto invernadero a lo largo de su cadena de producción y uso, debido a que un vehículo eléctrico posee mayor eficiencia energética que un vehículo a combustión interna.
Es un combustible gaseoso que se extrae por lo general de yacimientos subterráneos mediante pozos de perforación. Pese a ser comúnmente un recurso fósil (actualmente existen procesos para producir Gas Natural Renovable a partir de biomasa y residuos orgánicos), posee un menor impacto ambiental que el petróleo y sus derivados, por su mayor eficiencia en el proceso de combustión.
Gracias a su versatilidad, puede ser usado en la generación de electricidad, calefacción, industria y transporte.

Para más información, visita https://afdc.energy.gov/fuels